miércoles, 10 de julio de 2013

Reuniones y contacto

La comisión se reúne los miércoles de 4 a 6 hs en el Centro Cultural de la Cooperación, en el segundo piso. El mail de contacto es comisionteatroca@gmail.com
Hablamos de teatro y de política. Leemos textos, escribimos, hacemos salidas teatrales en grupo.
También reflexionamos acerca de las políticas culturales y analizamos y discutimos las cartas que va produciendo el Espacio Carta Abierta al que pertenecemos.
Estamos presentes en las movilizaciones como comisión.
No duden en escribir si quieren consultar algo o necesitan más información.
Comisión de teatro y política

lunes, 8 de julio de 2013

Humor político y arte

     El arte y la creación suelen ir de la mano porque el primero implica en cada ocasión, la realización de un acto casi demiúrgico, algo así como la repetición de la diferencia porque nunca una obra es idéntica a otra, aunque tenga el mismo guión y los mismos actores. Para Nietzche: la creación es la característica por antonomasia de su superhombre. Un literato con reconocimiento universal como Thomas Mann por ejemplo, tiene que despolitizarlo para exorcizar el genio del filósofo esteta, de una incorrecta y falaz divulgación ideológica. El siglo XIX  exalta al artista a diferencia de la Antigüedad y Medioevo donde los bufones terminan siendo ellos mismos, objeto de burlas grotescas. Los payasos del Rey pagan con la pérdida de su dignidad, su arte queda degradado a una mueca desagradable. El humor negro nace en cierta medida cuando los cómicos incluyen gente pequeña entre sus actores y personas con capacidades diferentes, la risotada ante el dolor permite tramitar temas que de otra manera sólo pueden provocar horror o repugnancia en el mejor de los casos. La historia encargada entre otras funciones de cotejar los hechos, permite con su lectura, rectificar, ratificar, o en todo caso recrear. Así nace una interpretación prestigiosa del humor porque desacraliza, toma distancia de los penares y hace más soportable la vida.
     A  esta altura, resulta prácticamente imposible negar la brillante comicidad de Tato Bores quien a pesar de actuar en plena dictadura genera un estilo gracioso burlándose de los políticos. Durante la democracia, los humoristas están más distendidos para expresar sus libretos, no son censurados, hay libertad de expresión. La libertad se encuentra presente, incluso cuando se la pretende cuestionar desde los propios medios de comunicación, otorgándole con esta paradoja, mayor legitimidad. Aparecen otros cómicos políticos como Pinti por nombrar alguno, alegrando la convivencia social. El humor no pierde su condición artística y es reconocido por la sociedad como generador de alegría. La gracia a veces consiste en burlarse del prójimo pero desde un lugar que no rompa las reglas aceptadas para convivir pacíficamente en comunidad. El humor no es violento, ni guerrea para imponer o exagerar la anomia de valores. Sin embargo, en la actualidad, aparece un humor político ofensivo y degradante del ser humano, es un humor hostil que se mete en lo más íntimo de la persona y aunque se trate de individuos ilustres, este nuevo humor político con hedor a cadáver putrefacto, asfixia la buena predisposición de casi cualquier persona que se tilde de sensata. Se instala entre los jóvenes como modelo a seguir, un humor filoso y burlón del viejo que anida potencialmente o está presente en acto en toda la especie, un humor que castiga con sarcasmo el ejercicio intelectual y le adjudica una asexualidad sin sentido, a la capacidad comprensiva. El agravio irreflexivo impera en medio del cinismo más procaz. Obviamente este humor es creativo porque rompe con los paradigmas del humor negro, político y cualquier pretensión de hacer divertir al otro sin dañar la convivencia social.
     Efectivamente se asiste a una situación originalmente destructiva y con pretensiones de impunidad, entre otras razones, por no sentirse responsable de nada. Se parece bastante a la perversión porque el perverso goza del dolor ajeno y no siente culpa. Por suerte, gracias a Dios o a la vida, este humor no nos representa, no estamos dispuestos a reconvertir en bufones a individuos que merecen como mínimo nuestro respeto. No seremos cómplices con nuestro silencio del uso del lenguaje más vulgar y lacerante de los últimos tiempos. No, porque amamos al otro y por eso mismo, a la paz. La sordidez se muestra manchada de vísceras corroídas por el desprecio del ser humano y su virtualidad. Elegimos estar del otro lado, aunque no sepamos del todo cómo es. Una certeza nos ilumina: este lado es mejor.
Adriana Deza (filósofa-psicóloga)